Suponiendo que el encuentro iba a ser de enjundia frente a un rival duro y siempre dispuesto a amargarte la fiesta, el Barcelona salió pese a ello confiado en lograr tres puntos que le pusieran líder provisional a una semana del gran clásico, la víctima se llevó cuatro y dio fe de ello.
Alineación de circunstancias y casi experimental la que colocó Guardiola sobre el rectángulo de juego, a pesar del teóricamente complicado Athletic y de jugarse la Liga el entrenador azulgrana hizo de la necesidad virtud ( la baja inesperada de Ibrahimovic ) colocando a Bojan como delantero y a Messi detrás de él.
La verdad es que fueron los chavales y la cantera culé los que se reivindicaron y tiraron del carro frente a una hinchada optimista ante la decisiva semana que vivirá el equipo. Afortunadamente para los planes barcelonistas, el ritmo y nivel de juego apenas se resintió y todas las actuaciones individuales ( incluso de Chygrynskiy ) no defraudaron, y en algún caso además lograron destacar más allá de lo habitual.
Por su parte, un desvaído e insulso Athletic parecía estar a otra cosa y apenas lograron a lo largo del encuentro dar una imagen de garra y solidez ( más asociada a sus encuentros como locales ), aguantando sólo hasta mediada la primera parte como un digno rival. No supo hallar su fútbol ni parar la maquinaria blaugrana, así que lograron hacer buena la improvisación y la revolución en el once local.
El único activo del Athletic, Susaeta, fue el que más molestó en los primeros minutos y el que, además, marcó el tanto del honor. Sin embargo, incluso las oportunidades visitantes se vieron cortadas en seco por un Valdés inmenso que reivindica su sitio en la Selección con sus grandes actuaciones, incluida la de ayer.
Poco más en el Camp Nou, una tarde sin muchas novedades pero que sirvió para certificar las buenas vibraciones barcelonistas y la irregularidad de los de Caparrós.
Seguiremos informando sobre los partidos decisivos que juega esta semana el Barcelona.
Foto: atlantico.net
Firmado: Pablo Vega.
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