domingo, 6 de febrero de 2011

El incierto futuro del Real Zaragoza

Por Pablo Vega.

En medio de una racha positiva de juego y resultados, cuando parecía que las aguas bajaban más calmadas por el Ebro, el presidente del Real Zaragoza ha realizado una maniobra que coloca al club que todavía preside en una situación bastante compleja.

Antes de desarrollar de alguna forma la historia de la venta del Zaragoza, hay que darse cuenta que incluso más que un club, es una ciudad la que vive pendiente del futuro de su equipo de fútbol. Es la quinta ciudad de españa con unos 700.000 habitantes, así que las ilusiones que hay en juego son muchas y variadas.

Si algo ha caracterizado la gestión del constructor Agapito Iglesias como máximo accionista de la entidad zaragocista es la falta de transparencia y cierto oscurantismo. La mala planificación deportiva y escasa confianza en los entrenadores ha hecho que un equipo que aspiraba a posiciones europeas bajara a Segunda y que, en estos dos años en la máxima categoría, este haya estado al borde de la hecatombe en más de una ocasión. Además, los gastos desmesurados y las inversiones ruinosas se han ido acumulando año tras año, por lo que el futuro del club está más cuestionado que nunca.

Después de que el hombre que había colocado de presidente, Eduardo Bandrés, dimitiera el constructor soriano (viendo que la afición ya no perdona ni una de sus decisiones) ha decidido, según ha aparecido en varios medios, vender sus acciones a un fondo soberano de Dubai. Aunque muchos estén celebrando ya la marcha de Iglesias, poco se sabe del futuro de la entidad más allá de las malas noticias económicas: acerca de 130 millones de deuda auditada.

Sabiendo que el acuerdo debe ratificarse en las próximas semanas, muchos han visto esto como la continuidad de las operaciones de compra de otros clubes españoles: el Málaga y el Racing, comprados por millonarios qataríes e indios, respectivamente. Sin embargo, el hecho de que sea un fondo soberano proporcionaría más estabilidad, al estar garantizada la inversión por parte del propio estado árabe. Pese a ello, la principal duda es saber la razón por la que una entidad estatal realiza una apuesta tan fuerte como esta, que supone hacerse cargo de la deuda contraída y pagar los avales que Agapito Iglesias había depositado (unos 30 millones), para hacerse con el club hace cinco años. Se especula con que es una forma de abrirse camino en una ciudad y un país con oportunidades de negocio para ellos.

También han aparecido publicadas otras noticias que, de confirmarse, podrían suponer un futuro esperanzador para el club. Al parecer, los que ejercerían el poder real dentro de la entidad serían ex jugadores zaragocistas que ahora ocuparían cargos deportivos como Javier Abad (que sería el futuro presidente), Xavi Aguado en calidad de director deportivo y otros ilustres históricos como Poyet o Soriano.

Pese a estas informaciones, muchas de ellas no confirmadas más allá de la operación de compra, poco podemos asegurar de que lo que hayamos contado sea cierto. Si se confirma será un acierto de los periodistas que consiguieron la exclusiva, pero la sorpresa e impacto que ha causado esta operación entre la afición está bien patente: sólo hay que ver los foros de Internet para darse cuenta. No obstante, parece ser que la recepción con las horas se ha ido convirtiendo en más positiva de lo que cabía esperar, ya que casi nadie apoyaba el proyecto de Agapito Iglesias y la mayoría demandaba unos cambios que, por fin, se han producido.

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