Como suele ser ya costumbre, el partido por el tercer y cuarto puesto resultó un notable divertimento y una cascada de goles entre dos conjuntos que jugaron una especie de final de los perdedores. Sabiendo la relativa intrascendencia del encuentro, ninguno de los dos optó, sin embargo, por tirar la toalla y fueron a por todas desde el principio.
Al final, triunfo alemán.
Al final, triunfo alemán.
Estamos seguros que el Uruguay-Alemania no levantaba tanta expectación como el resto de encuentros del Mundial, pero sin duda fue un espectáculo que mereció la pena ver.
Por un lado, Low no se guardó nada y siguió apostando por el estilo que les ha llevado hasta aquí. Un equipo joven, que la toca sin complejos y que elabora el juego de un modo parecido a España: el futuro de Ozil, Muller, Schweinsteiger, Khedira y compañía parece lo suficientemente prometedor como para que los alemanes vuelvan a estar en la cima del mundo dentro de unos años.
Mientras, Uruguay vivía de la agresividad, de una presión asfixiante que no dejó respirar a los alemanes durante gran parte del encuentro. Además, el hecho de tener en la delantera a Forlán y Luis Suárez es una garantía de peligrosidad y gol, así que el encuentro fue mucho más igualado de lo que algunos preveían.
Ninguno de los dos dio su brazo a torcer y siguió fiel a su idea del fútbol, convirtiéndose los 90 minutos en un toma y daca en el que el resultado pudo ser el que era ( 3-2 ) o el contrario, en función de claras ocasiones marradas por los sudamericanos: Suárez y Forlán, que iguala con cinco tantos a los máximos goleadores del campeonato, tuvieron opción a hacer algo más. El tiro al travesaño en el último suspiro del delantero del Atlético lo confirma. También, como no, que Muslera no tuvo una de sus mejores tardes.
Aun así, el nivel de juego que los alemanes han dado a lo largo del torneo, con la ya conocida excepción española, se vio recompensado con los goles de Muller ( otro gran partido del jugador revelación alemán, ¡ cómo le echó de menos su selección frente a España ! ), Jansen y Khedira, estos dos en la segunda mitad cuando Uruguay parecía acariciar la victoria.
Visto lo visto, dos grandes semifinalistas que pudieron llegar aún más lejos de no ser por la brillantez colectiva de los holandeses y españoles.
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