lunes, 22 de febrero de 2010

El Real Madrid aplastó al Villareal (6-2)



Ayer Cristiano Ronaldo volvió a sus andadas. Golazó, asistencias, regate y banda. Se encontraba en estado de gracia, todo lo hacía de manera satisfactoria. El Real Madrid aplastó al Villareal, que le aguantó al descanso, pero luego, solo existió un equipo, el Real Madrid. Resurgió a Kaká, demostró ser el mejor extremo del mundo y que nadie le frene cuando arranca la máquina. Retomaron la moral, perdida en el partido de Champions.

Pellegrini sacó el mismo once con la incursión de Arbeloa (ultimamente cuajando buenos partidos) por las lesiones causadas en la defensa. Por el contrario, el nuevo entrenador, Juan Carlos Garrido adoptó un once parecido a las anteriores jornadas, pero esta vez, Musacchio y Matilla, salieron de titulares.

No sólo él utilizó las bandas, Marcelo se arrimó varias veces para provocar peligro. Se vieron ilustres jugadores del fútbol, varios internacionales en el campo, que fueron evaluados por el segundo entrenador de Vicente del Bosque, Paco Grande.

El primer gol llegó de falta directa. Ronaldo la colocó de fuerte disparo a la escuadra derecha. Golazo. Sólo él puede realizar esa grandiosa falta. Este gol suavizó las ansiedades, que tuvo en el partido de Champions.

Minutos después, sucedió el siguiente gol: Marcelo centro de banda izquierda e Higuaín fue zancadilleado sin quererlo en el área por Marcano. Cristiano cedió el orgullo a Kaká , que marcó de penalti y se quitó bestias negras del cuerpo.

Senna redujó diferencias con otro magnífico disparo de falta directa. Pero el partido se inclinaba del lado de Cristiano. Se recuerda una galopada para llegar a un pase milimétrico. Aplaudió la parroquia blanca el interés por llegar a esa pelota, aunque no provocó peligro. El tercer gol, obra de Cristiano que recorrió toda la banda derecha para rescatar un pase y ponerle en bandeja a Higuaín, que efectuó con un disparo raso al palo derecho de la portería.

El Villareal siguió insistiendo. Marcó Nilmar, incisivo toda la noche, al rematar con clase un jugada trenzada en el área con Pirés. Asustó al Madrid. Quedaban 24 minutos para el final y la desigualdad se reducía. Pero Cristiano volvió a aparecer. Un pase a Marcelo que sirvió a Higuaín. Jugada calcada, pero sin el tropezón. Higuaín prosiguió sin hacer ruido.

Cristiano necesitaba más. El que la sigue, la consigue. Así fue. Enésima internada por banda izquierda, que cedió el balón a Kaká, y remató sólo ante Diego López. Acalló las críticas. Kaká no podía disimular su alegría. Realizó un buen partido, como nos tenía acostumbrados en el Milán.

Para acabar la fiesta, Cristiano fue obstruido en el área. Xabi Alonso puso la guinda al pastel. Marcó su primer gol como madridista. Estuvo ejemplar en su posición de mediocentro. Cristiano cuajó el mejor partido vestido con la camisa blanca. Brutal.

Foto: generaccion.com

Firmado: Iñigo Gómez

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