miércoles, 24 de febrero de 2010

El Stuttgart no era una perita en dulce


Una vez más, otro equipo español cosechó un resultado dudoso, en este caso en la ida de los octavos de final de la Champions league ( también el del Madrid fue incluso más peligroso ). La cosa pudo empeorar viendo diversos momentos de la primera parte en la que se pudo decir que el conjunto alemán perdonó la vida a un Barcelona completamente irreconocible.

Rememorando quizá la primera parte del año pasado en Lyon, el Barça salió desenchufado y sin las ideas claras. Mientras, la velocidad e intensidad local hizo que muchas veces tuviera que recular y que las malas prestaciones que ofrecer suplentes habituales, como Márquez o Maxwell, pusieran en más de un aprieto al propio Valdés.

Con un Xavi desconectado tras superar su lesión y un Iniesta fuera de sitio, la fluidez en el juego brillaba por su ausencia y de éso supo aprovecharse el noveno de la Bundesliga. Fue un sufrimiento constante ese primer tiempo para olvidar en los que el Stuttgart parecía jugar a una velocidad más: Cacau, Hleb, Progrebnyak... Así, hasta que el primero hizo justicia cuando marcó el 1-0 tras ganarle la espalda a un Puyol que no tuvo una de sus mejores noches jugando de lateral.

Sólo un chispazo de Messi, casi finalizado el primer tiempo, pudo lograr el empate. Sin embargo, al salir de vestuarios el equipo de Guardiola salió con una actitud bien diferente y pronto logró empatar con un gol de Ibrahimovic. Posteriormente, los cambios visitantes rearmaron al equipo y facilitaron un dominio mucho mayor que se mantuvo casi sin incidencias hasta el final.

Una vez más, se demuestra que cualquier rival no es pequeño a estas alturas a la competición y el triste partido azulgrana se vio corroborado con la palmaria sensación de que el empate fue lo mejor de todo.

No se puede hablar de crisis, pero sí de bajón en el juego que a punto estuvo de costarle caro pero que puede arreglarse perfectamente en la vuelta del Camp Nou. Ambos se conformaron con el empate en el que el árbitro, un holandés de cuyo nombre no quiero acordarme, realizó una actuación lamentable y perjudicial para los dos.

Foto: daily.co.uk

Firmado: Pablo Vega.

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