lunes, 1 de noviembre de 2010

El corazón del fútbol

Por Alex Barbero



Es espeluznante ver como un futbolista se desploma sin aparente causa en medio del terreno de juego. Aterra la idea de que ese jugador pueda haber sufrido un paro cardíaco irreversible y que ese partido haya sido el último. Desde hace años vivimos con incertidumbre cualquier momento en el que se pueda dar esta situación. Pero para suerte, hay medios para reducir el porcentaje de muertes súbitas en el fútbol

Recuerdo que el primer caso que ví de este tipo fue el de Marc Vivien Foé, futbolista camerunés que defendía a su selección en una Copa Confederaciones. Se desplomó en el medio del campo y los servicios médicos no pudieron hacer nada por salvar su vida. Un episodio que conmovió al mundo entero. Después, Miklos Feher, Antonio Puerta, Daniel Jarque fueron otros ejemplos que sacudieron al mundo del deporte. Otros tuvieron mejor suerte como Rubén De La Red, Sergio Sánchez o Miguel García.

Sus fallos cardíacos han provocado que la afición se revuelva contra las directivas y exigen que los servicios médicos sean más eficientes. Sobretodo con las pertinentes pruebas para averiguar el estado de salud de los futbolistas. Estas paradas cardíacas se deben en su gran mayoría a enfermedades congénitas. Futbolistas que tienen antecedentes que facilitarían el fallo en su corazón siguen jugando aun poniendo en serio peligro sus vidas. Bien por desconocimiento del riesgo, o por pensar que las advertencias médicas no se iban a llevar al extremo, los jugadores siguen practicando el deporte a expensas de lo que les pueda ocurrir.

En Italia las pruebas para verificar el estado físico del jugador son obligatorias al contrario que en España. El precio de estas pruebas no es muy caro, pero los equipos no suelen prestar mucha importancia a este tema y deciden no incluirlas en los exámenes médicos. El Atlético de Madrid es de los pocos ejemplos que obran bien y realizan estas pruebas.

El fútbol no es un deporte muy afectado por este tema especialmente, aunque sus sucesos suelen conmocionar bastante. El riesgo de padecer un ataque al corazón es muy pequeño, pero los equipos tienen que estar preparados para esos casos. Antonio Puerta habría hecho historia con España de no ser por la falta de un desfibrilador en el Sánchez Pizjúan. Este aparato debería ser obligatorio en cualquier terreno de juego ya que puede evitar la fatalidad en el campo.

Los futbolistas son trabajadores más y por eso su seguridad debería estar controlada al cien por cien para evitar riesgos innecesarios y conseguir así que el mundo del fútbol no tenga que llorar más pérdidas. La seguridad es ante todo lo primero.

No hay comentarios: