Por Pablo Vega.
Era algo sobre lo que no muchos se percataron en su día, pero previsible: iba a haber polémica entre la selección española y los clubes de la Liga BBVA, especialmente el Barça ( que es el que aporta más jugadores en las recientes convocatorias ).
Todavía no se sabe la verdadera causa que ha llevado a la Federación Española de Fútbol a confeccionar una lista de compromisos que contradicen el propio sentido común. Hay que tener en cuenta que sólo hace un mes España fue campeona del mundo y que todos los 23 de Sudáfrica apenas han tenido dos o tres entrenamientos en las piernas antes de este amistoso.
Si a la escasa preparación física le sumamos lo que supone un viaje de 10 horas hasta allí, convendremos en que pocos amistosos pueden resultar más incómodos, especialmente para una selección que tiene mucho que perder y poco que ganar en esta clase de partidos preparatorios.
Afortunadamente, no hubo lesionados ( lo peor que hubiera podido pasar ) y Del Bosque halló la fórmula para dejar más o menos contentos a todos. Dosificó convenientemente a los convocados, dio minutos a los más habituales y reservó algunas piezas importantes como Villa.
Además, el talento siempre consigue estar presente en estas situaciones y, más allá de la condición física, lo que se consiguió es que la calidad apareciera en chispazos aislados que mantuvieron a La Roja viva tras el zarpazo inicial del cada vez más destacado "Chicharito" Hernández.
Si no, vean la jugada del gol y los últimos minutos de Silva, un gran futbolista que esperemos que goce de los minutos que se merece en un club importante como es el Manchester City. Se le vio fresco y participativo, acaso porque jugó menos de lo previsto en Sudáfrica. Xavi volvió a exhibir su clarividencia en el pase y le habilitó para que salvara el honor español.
La selección tiró de oficio más que de un juego de altura, recordemos una vez más la falta de preparación previa, además de hacerse acreedora de una cierta dosis de suerte que le permite superar trámites complicados como este. En el estadio Azteca, monumental sin duda, ambos conjuntos demostraron las cualidades presupuestas pero con un nivel inferior al que exigiriamos si no fuera porque estamos a principios de agosto.
La fiesta de la campeona mundial y la tricolor ( celebrando el bicentenario de su independencia ) quedó empañado un poco por estas circunstancias negativas, pero el empate dejó contentos a todos y fue merecido. A pesar de que los mexicanos le pusieron más intensidad, especialmente al principio, los hombre de Del Bosque se toparon con el palo ( Cazorla ) e incluso pudieron lograr la victoria al final ( Silva ). Las incorporaciones de otros como Pedro y Navas también ayudaron a poder igualar el marcador.
Por lo tanto, un partido intrascendente que España salvó de convertirse en una derrota y un tropezón molesto. La actitud fue la correcta de ambos, y eso fue lo que salvó el espectáculo.
A ver si es verdad que, como dice Marchena, la próxima vez la Federación se acuerda de los jugadores y de sus clubes en vez de su bolsillo o de otros intereses. No conviene regalar el prestigio ganado a pulso en circunstancias tan adversas como era este duelo. Esperemos que algunos hayan aprendido de las consecuencias de sus decisiones irresponsables, aunque otros todavía nos permitamos poner en duda esto.
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