El Atlético de Madrid pasó a semifinales de la Europa League al empatar sin goles frente al Valencia. Los jugadores de Emery terminaron enfadados por un posible penalti de Juanito a Zigic, que acabó con la camiseta roja por el fuerte agarrón. El Atleti mandó en el partido durante los 80 minutos, pero el Valencia le puso en aprietos en la recta final del encuentro.
Los de Quique se encuentran ya en semifinales de la Europa League, competición en la que han preogresado tres rondas sólo ganando un encuentro. Esta vez dominio total del Atleti, donde encontró el regalo arbitral a falta de cinco minutos para el final del partido. Un centro desde la izquierda lo buscó Zigic con sus más de 200 centímetros y allá acudió Juanito para frenarle con todo.
Se vio un partido pesado, lento, en las que las dos escuadras delanteras se arrimaban pero no culminaban. Estuvo mejor el Atlético, que aguantó bien en defensa, hasta que el cansancio le jugó una mala pasada. Raúl Garcia realizó un buen papel en el centro del campo, para que la afición se olvidara por completo la ausencia de tiago. Pero a los rojiblancos le falló arriba. No estuvieron entonados Reyes y Simao, que casi no desbordaron. Es más, el sevillano fue sustituido en el descanso, porque estaba casi rozando la expulsión.
Emery prefirió una opción rara. Puso a David Navarro, aún convaleciente, con una línea de defensa de cinco hombres, con Pablo Hernández como extremo derecho y Jordi Alba por el lateral izquierdo. Maduro, Alexis y Fernandes se ubicaron en el centro de la defensa, con Baraja y Silva por delante. Acertó, porque atrás no sufrió tanto como el disputado en el campeonato de Liga frente al Atlético. Ésta vez, faltó un protagonismo de los jugadores desequilibrantes valencianistas.
Ante esta situación, se preveía un partido con empate a goles, como el que vimos en Mestalla. Aún así, todo fue al contrario. El encuentro no se vio ningún gol ni tampoco constantes ocasiones atajadas por los porteros De Gea y César, que tuvo más trabajo que su meta rival rojiblanco. Agüero a los pocos minutos del inicio del partido amenazó la portería y pudo marcar, y Simao pasados 30 minutos. Por su parte, el Valencia tocaba bien el balón y llegaba con sus delanteros, pero el bloque defensivo rojiblanco se mantenían firmes. Un tiro de Villa al lateral de la red fue la ocasión más clara del Valencia en la primera parte. Los valencianistas ya encontraron su cabreo por una posible mano de Domínguez dentro del área y posible penalti, y una dura entrada de Reyes, que pondría la segunda amarilla para el sevillano.
Reanudado la segunda mitad, el Atlético arrancó más motivado. El marcador le clasificaba a su favor, pero no quería llegar al final sufriendo. Empezaron atrevidos a acercarse cada vez más a César y así fue. Perdonó Forlán, que quiso materializar con una vaselina parecida a la de Messi frente Almunia, pero se marchó muy largo. Ujfalusi volvió a desaprovechar tras una jugada de Agüero, que libraron César y el poste un tiro de Forlán con veneno. El Valencia dejó muchos espacios.
El Valencia necesitaba cambiar de rumbo, y solo lo podía encontrar en el banquillo. Emery sacó a Zigic y el Atleti sufrió un martirio. El peligro siempre llegaba de los centros, asustando cada dos por tres a los rojiblancos. Todo lo remató, pero con poca fortuna. Un pase de Pablo Hernández a Villa lo estampó el asturiano al larguero, donde comenzó el mal trago. Apareció De Gea para hacer dos paradones ante dos cabezazos de Zigic y David Navarro. Continuó el Valencia asediando, ante un Atleti roto, desinflado, pero manteniendo el pie. Repitió el no ganar, pero tampoco el no perder. El Atlético está en semifinales de la Europa League, con el Calderón gozando de alegría este pase. En cambio, el Valencia se marchó desolado y reclamando la pésima actuación de Meyer, al no ver el penalti. Así es el fútbol, unos ríen, otros lloran.
Los de Quique se encuentran ya en semifinales de la Europa League, competición en la que han preogresado tres rondas sólo ganando un encuentro. Esta vez dominio total del Atleti, donde encontró el regalo arbitral a falta de cinco minutos para el final del partido. Un centro desde la izquierda lo buscó Zigic con sus más de 200 centímetros y allá acudió Juanito para frenarle con todo.
Se vio un partido pesado, lento, en las que las dos escuadras delanteras se arrimaban pero no culminaban. Estuvo mejor el Atlético, que aguantó bien en defensa, hasta que el cansancio le jugó una mala pasada. Raúl Garcia realizó un buen papel en el centro del campo, para que la afición se olvidara por completo la ausencia de tiago. Pero a los rojiblancos le falló arriba. No estuvieron entonados Reyes y Simao, que casi no desbordaron. Es más, el sevillano fue sustituido en el descanso, porque estaba casi rozando la expulsión.
Emery prefirió una opción rara. Puso a David Navarro, aún convaleciente, con una línea de defensa de cinco hombres, con Pablo Hernández como extremo derecho y Jordi Alba por el lateral izquierdo. Maduro, Alexis y Fernandes se ubicaron en el centro de la defensa, con Baraja y Silva por delante. Acertó, porque atrás no sufrió tanto como el disputado en el campeonato de Liga frente al Atlético. Ésta vez, faltó un protagonismo de los jugadores desequilibrantes valencianistas.
Ante esta situación, se preveía un partido con empate a goles, como el que vimos en Mestalla. Aún así, todo fue al contrario. El encuentro no se vio ningún gol ni tampoco constantes ocasiones atajadas por los porteros De Gea y César, que tuvo más trabajo que su meta rival rojiblanco. Agüero a los pocos minutos del inicio del partido amenazó la portería y pudo marcar, y Simao pasados 30 minutos. Por su parte, el Valencia tocaba bien el balón y llegaba con sus delanteros, pero el bloque defensivo rojiblanco se mantenían firmes. Un tiro de Villa al lateral de la red fue la ocasión más clara del Valencia en la primera parte. Los valencianistas ya encontraron su cabreo por una posible mano de Domínguez dentro del área y posible penalti, y una dura entrada de Reyes, que pondría la segunda amarilla para el sevillano.
Reanudado la segunda mitad, el Atlético arrancó más motivado. El marcador le clasificaba a su favor, pero no quería llegar al final sufriendo. Empezaron atrevidos a acercarse cada vez más a César y así fue. Perdonó Forlán, que quiso materializar con una vaselina parecida a la de Messi frente Almunia, pero se marchó muy largo. Ujfalusi volvió a desaprovechar tras una jugada de Agüero, que libraron César y el poste un tiro de Forlán con veneno. El Valencia dejó muchos espacios.
El Valencia necesitaba cambiar de rumbo, y solo lo podía encontrar en el banquillo. Emery sacó a Zigic y el Atleti sufrió un martirio. El peligro siempre llegaba de los centros, asustando cada dos por tres a los rojiblancos. Todo lo remató, pero con poca fortuna. Un pase de Pablo Hernández a Villa lo estampó el asturiano al larguero, donde comenzó el mal trago. Apareció De Gea para hacer dos paradones ante dos cabezazos de Zigic y David Navarro. Continuó el Valencia asediando, ante un Atleti roto, desinflado, pero manteniendo el pie. Repitió el no ganar, pero tampoco el no perder. El Atlético está en semifinales de la Europa League, con el Calderón gozando de alegría este pase. En cambio, el Valencia se marchó desolado y reclamando la pésima actuación de Meyer, al no ver el penalti. Así es el fútbol, unos ríen, otros lloran.
Foto: as.com
Firmado: Iñigo Gómez
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