martes, 22 de febrero de 2011

La intrahistoria: Lo más emocionante, lo de abajo

Por Pablo Vega.

Estamos de acuerdo, casi seguros, de que lo de abajo es lo más igualado que tenemos este año en la Liga BBVA. A muchos todavía les sorprende que el Málaga, con el pastizal que se ha gastado el jeque, todavía este último. También que el Almería, con el esfuerzo que está haciendo con Oltra, todavía este en descenso (pero no estaría tal mal si ¡un portero! no le hubiera marcado en el último minuto). Por supuesto, el Zaragoza, que parecía haber cogido la buena línea y, de hecho, plantó cara al Atlético, podría estar fuera perfectamente.



Por eso nos gusta tanto esta Liga. Porque, en al menos este sentido, estoy seguro de que Málaga, Almería y Zaragoza ganarían a los equipos que estén en esa posición en la Premier.
Además por ahí, poco más arriba que estos tres, se encuentran un Sporting capaz de sacar un punto de Mestalla en uno de los partidos más infumables de esta temporada (especialmente por parte de los teóricamente superiores), un Osasuna que le mete cuatro al Espanyol con una facilidad sorprendente o un Racing que, gracias a Marcelino, parece volver enchufado como nunca.

Cómo no, imposible olvidarse de un duelo Barça-Madrid que parece recalentarse tras un plácido triunfo madridista y una muy trabajada victoria culé. No se sabe si esto indica un cambio de tendencia o algo temporal, pero la cosa todavía no está decidida. El Athletic lo demostró en un encuentro bravo, muy parecido a la eliminatoria copera de octavos. Por su parte, la oposición del Madrid fue bastante menos: el Levante ya estaba por detrás en el minuto 6 (el jugadón de Di María colaboró con esto) e incluso antes, debido al referente también de la Copa en el que encajaron ocho goles.

Por su parte, la lucha por el tercer puesto quedó en tablas por los inesperados pinchazos de Villarreal y Valencia, mientras que el Sevilla y la Real siguen escalando a posiciones europeas con victorias frente al Hércules y el Mallorca, respectivamente. La voluntariosidad y trabajo de sus adversarios fue digna de elogio, pero la pegada no les acompañó. Desde luego, no vale solo con eso a estas alturas.

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