Quedan sólo siete jornadas y ya sabemos perfectamente quién va a sufrir hasta el último instante y quién parece que sus objetivos vayan a cumplirse. Será apasionante conocer los detalles que todavía no sabemos pero que, sin duda, intuímos. No obstante, todavía seguiremos viendo sorpresas y resultados inesperados. La tensión va en aumento para los que todavía no han hecho sus tareas, mientras que los que han estado trabajando bien todo el año en teoría no deben preocuparse demasiado.
Esta jornada hemos visto especialmente victorias contundentes en las que un equipo imponía su autoridad a golpe de pegada o porque el adversario hacía mucho menos de lo que se esperaba. Esta es la situación no sólo del Madrid, sino también del Valencia que le hizo cinco a su rival por la tercera plaza o de un Atlético que demostró sus virtudes, en esta ocasión.
Los dobletes de Soldado y Mata desarbolaron a un Villarreal lento y sin imaginación. Muy lejos de su versión europea de esta semana frente al Twente, los de Garrido fueron masacrados en la segunda mitad frente a unos valencianistas que estuvieron en general muy bien.
El Atlético, por su parte, se situó por fin en zona europea tras golear a una Real en muy mala racha (3-0). Reyes fue una pesadilla que mostró las carencias de un equipo con miedo y en el que el portero fue lo único rescatable. Desde luego, la tarde le salió redonda a los colchoneros.
El duelo más intenso y divertido de esta jornada, por igualado y bien jugado, fue el encuentro entre el Mallorca y el Sevilla en el Ono Estadi. Los locales pusieron toda la carne en el asador en la primera mitad y se adelantaron dos veces, pero los sevillistas reaccionaron ayudados por un fallo de Aoute. Al final, un reparto de puntos que se puede calificar de merecido.
Entre el resto también hubo muchas igualadas, pero predominó más la tensión que el fútbol. Muchos no supieron ganar desaprovechando grandes oportunidades (por ejemplo, el Málaga se enfrentó a un Deportivo que jugó con uno menos la mitad del encuentro, y aun así no pudo imponerse a su férrea defensa).
Entre el Racing y el Levante hubo reparto igualmente, pero la sensación que transmitieron ambos es que no les importaba con tal de estar sumando. Sus cómodas posiciones en la tabla y sus trayectorias positivas llevan a que, aunque el Racing perdonara el triunfo, tampoco el resultado les dejara en mala situación.
Otros se dejaron llevar por el conformismo de un punto que, a la vez, no le servía a su adversario. El empate sin goles entre el Hércules y los pericos fue fruto de la sensación de equilibrio y la falta de puntería, pero está claro que a los catalanes les faltó ambición. Los dos ven ahora en peor situación sus objetivos que antes, especialmente los alicantinos.
Sin embargo, en Gijón el Osasuna perdió y demuestra que su racha positiva se ha vuelto a frenar en seco. Mientras, el Sporting sigue sumando de tres en tres y ve cada día la permanencia. Un error defensivo condenó a los rojillos a seguir luchando por su objetivo hasta el final.
Finalmente, el partido que cerró la jornada el lunes fue un respiro para un Zaragoza que derrotó al equipo que entrena Míchel (2-1). El Getafe sólo ha ganado un encuentro este año y se notó el por qué: no sale enchufado a sus compromisos y cuando reacciona ya es tarde o es insuficiente. Pese a esto, hubo emoción hasta el final.
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