Firma invitada: Jurdan Arretxe, periodista
“Panta rei” o “todo fluye” que sentenció Heráclito en el siglo V a. C. No es posible repetir un baño en el mismo río: tanto el bañista como las propias aguas han cambiado desde el chapuzón anterior. Aunque España repitiera en 2010 la convocatoria, el cuerpo técnico, los escenarios, los viajes, las dietas, los rivales, las rutinas o los entrenamientos de la Eurocopa 2008, no tendría nada garantizado. El contador está, por lo tanto, a cero.
Como para el resto de los combinados. La victoria en la Euro de Austria y Suiza goza de la importancia que goza hasta el 11 de junio: la de baza en la batalla moral para infundir temor a aquellos contrincantes que se dejan atemorizar. Si no, vale de poco: el balón pondrá a cada uno en su sitio.
Cuando ruede, España sí que contará con la nada desdeñable experiencia de aguantar aquel partido correoso contra Italia en Viena justo cuando parecía que todo se iba por el sumidero del estrecho de Mesina. Con la vivencia de ganarle la final a Alemania o la tranquilidad de haber sabido gestionar la fase de grupos. Pero nada será igual.
El principal rival de la selección de Del Bosque, superior a todas las demás en cuanto a juego colectivo y con individualidades capaces de resolver casi cualquier encuentro, será ella misma. Asumir que ganar el europeo de 2008 no es ningún privilegio sobre, pongamos, Costa de Marfil, que todos los equipos partirán de cero y que lo único que podrán repetir será la fórmula de humildad y convicción de hace dos veranos porque todo lo demás ha cambiado: panta rei.
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