Por Alex Barbero
Benzemá aterrizaba en Madrid con un objetivo: Ser el mejor futbolista del mundo. Sus precedentes eran escasos pero a la vez alentadores. A pesar de su juventud, había dominado en Francia con suma superioridad. Su calidad indiscutible era motivo suficiente para creer que se convertiría rápido en uno de los mejores delanteros del mundo. Hace sólo año y medio de aquello.
La aclimatación de Karim Benzemá al fútbol español está siendo costosa y rozando casi lo lamentable. Su traspaso significó mucho para el actual presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, quien desembolsó 36 millones de euros. Lo mismo que pagó el Liverpool por Torres en 2007. La diferencia, el rendimiento de ambos futbolistas.
En cuánto arrancó su primer año, la ilusión que rodeaba al francés era inmensa, pero a la vez, directamente proporcional con sus malas actuaciones. Empezó de titular. Manuel Pellegrini apostó por él para dejar en el banquillo a Gonzalo Higuaín, quien demostraría que él es el verdadero nueve del Madrid. Benzemá, por tanto al banco. Pero se seguía siendo optimista, ya que su baja forma podría estar causada por su lenta adaptación. Nada más lejos de la realidad, la apatía mostrada por el jugador galo se sigue haciendo patente hoy día y su periplo en el mejor club del siglo XX puede que esté llegando a su fin.
No soy partidario de unas ideas alarmistas que colocan el cartel de transferible a Karim para este mercado de invierno. Curiosamente ideas surgidas de cabezas que a su llegada al equipo blanco anunciaban una nueva era. Pronosticaban que la reencarnación de Ronaldo –el auténtico- haría historia con los merengues. Ahora se apresuran por colocarle en equipos varios.
Pienso que Benzemá se merece como mínimo hasta final de año ya que si se comete el error de facturarle a cualquier destino en enero, se corre el riesgo de que su traspaso se cobre a un precio insultantemente inferior del que corresponde. Creo que la mejor solución es seguir dándole oportunidades a menudo y esperar a que evolucione positivamente. Yo nunca le habría fichado para el Madrid y menos cuando los blancos tenían a Huntelaar y Negredo entre sus filas, pero ya que ese mal está hecho hay que pensar en mover bien la siguiente pieza.
Puede ocurrir que en las próximas participaciones de Benzemá –si Mourinho, quien parece estar muy decepcionado con el francés se las proporciona- este vaya a más y acabe por hacer partidos aceptables dentro de lo que se esperaba de él. No creo que corra prisa para venderle, sino que hay que trabajar con cautela. Recordemos que tan sólo tiene 22 años y que un mal movimiento puede suponer un error mayúsculo en una institución como el Madrid. Ejemplos no faltan.
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