La penúltima jornada de la primera vuelta estuvo marcada tanto por las goleadas que se produjeron como la igualdad que hubo en otros aspectos del juego.
Por ejemplo, si sorprendió el triunfo del Hércules por lo contundente (4-1 al Atlético), menos inesperada fue la victoria del Barça y Madrid. También cuatro goles encajó el Zaragoza a manos del Espanyol, algo también que parecía poco probable en función del alicaimiento perico y la aparente resurrección de los maños. Similares sensaciones se produjeron cuando vimos que el Mallorca le endosaba otros cuatro al Almería, cuando este parecía en la buena línea para salir del descenso.
Simultáneamente, nos encontramos con que el Osasuna-Getafe terminó sin goles, y que tanto el Málaga como el Racing no pasaron de la igualada a un tanto con el Athletic y el Sporting (cuando se decidía la continuidad de preciado) respectivamente. Por otro lado, el Sevilla y el Valencia lograron dos triunfos muy trabajados pero de gran valor para sus aspiraciones este año al derrotar por la mínima a la Real y el Levante.
Poco hay que añadir sobre los dos principales actores de nuestra Liga, cuyas indiscutibles virtudes y constantes vitales se mantienen dentro de lo previsto. No hay opción a un tercero, como certificó la segunda parte del Bernabéu. A pesar del enorme esfuerzo y la valentía del Villarreal, el coloso Cristiano y las aportaciones tácticas de Mourinho supieron dar la vuelta al partido. Una derrota hubiera dejado a los madridistas muy tocados de cara a sus aspiraciones ligueras, pero la lógica de estos meses volvió a imponerse y todo quedó en el duopolio de costumbre.
Si algo tuvieron en común los triunfos del Barça y el Hércules fue que dejaron una gran sensación de impotencia en el rival. El mazazo barcelonista era "esperado" por muchos, aunque el equipo había mostrado ciertas dudas en su juego en la eliminatoria copera, pero la goleada alicantina tuvo mucho mérito, porque pareció infinitamente superior a otro equipo mucho más completo. Los de Quique volvieron a defraudar tras el empate con el Racing y vuelven a demostrar que la regularidad no es lo suyo. Su temporada parece abocada a ser juzgada en función de lo que pase en estos cuartos contra el Madrid, pero quizá el fichaje de Juanfran les de algo más de margen.
Aparte del insulso duelo que se produjo en el Reyno de Navarra, el resto de partidos de la jornada 18 ofrecieron muchas alternativas en el marcador puesto que, por ejemplo, el Sevilla hubo de remontar dos ventajas en contra merced a la eficacia de Kanouté y Luis Fabiano, que certificaron la cuarta derrota consecutiva de los donostiarras.
El principal atractivo de esta vuelta a la normalidad tras las Navidades era, sin duda, el muy remozado Málaga de Pellegrini, que gracias al dinero de sus dueños ha conseguido realizar media docena de fichajes de alto nivel, en alguno de sus casos. Es pronto para juzgar los resultados, pero el equipo dio buenas sensaciones en la mayor parte del encuentro, aunque un gol postrero de Javi Martínez les privó de una victoria que les hubiera dado, al menos, confianza.
Esto fue lo más sonado del fin de semana y este lunes. Esta fue la intrahistoria de nuestra Liga.
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