Justo cuando llegamos al final de la primera vuelta, es decir, al ecuador de la Liga, muchos equipos hacen balance en función de lo que ha pasado esta última jornada. Muchas han conseguido sumar puntos en apariencia muy importantes, o han pinchado y parecen alejarse su objetivo. Pese a todo, hay pocas diferencias insalvables (me atrevería a decir que sólo entre el segundo y el tercero ya se ha abierto una brecha decisiva) y, si se reacciona a tiempo, se puede lograr el objetivo. Si pasa lo contrario y el equipo se confía, muchos verán peligrar su posición.
Podríamos quedarnos en el pinchazo del Madrid como paradigma de esto. ¡Está a cuatro puntos del Barça y parece que la cosa esté ya perdida! Por supuesto que no, es evidente que los hombres de Pep también pincharán, aunque ahora mismo parezca imbatibles. Por otro lado, es verdad que ahora ya no dependen de sí mismos y que otro empate como este les dejará casi seguro fuera de la lucha, pero es que en 19 partidos 48 puntos son dificilmente mejorables. Sólo el mejor Barça de la historia ha podido con ellos, y no es seguro que pueda mantener este nivel en todas las competiciones hasta mayo.
Tres puntos importantísimos y que proporcionan gran moral los han conseguido los equipos vascos como la Real y el Athletic. Unos necesitaban reafirmar su autoestima con un triunfo sonado y lo consiguieron con un 0-4 nada menos que en el feudo del Getafe. Los de Míchel siguen dando una de cal y otra de arena, lo que les impide aferrarse a puestos más altos.
En el caso del equipo bilbaíno, resulta que el triunfo agónico y sobre la bocina tiene también su correspondencia positiva en la clasificación puesto que ahora pueden luchar por la Europa League casi como los que ya estaban por esa zona (Atlético, el ya mencionado Getafe...)
Precisamente el conjunto colchonero, a pesar de las bajas del Kun y tener media cabeza puesta en la copa, sigue peleando por consolidarse en la zona de privilegio de la clasificación. Lo hizo goleando a un Mallorca que desaprovechó sus ocasiones a manos de un inspirado De Gea, que ayudó a que luego la goleada como algo inevitable, aunque quizá excesivo.
Pese a esto, las victorias del Villarreal, Valencia y Espanyol hicieron que la zona entre la Champions y la Europa League permaneciera igual en cuanto a la diferencia de puntos. Los tres lo hicieron de forma clara y con solvencia frente a rivales que se vieron superados y que quedan algo tocados, especialmente Racing y Osasuna. Poco pudieron hacer frente a unos rivales inspirados y que explotaron sus mejores armas de este año: el fútbol de toque y técnico, la constancia y eficacia a puerta, y el trabajo bien hecho, respectivamente.
Finalmente, la zona baja de la tabla también está al rojo vivo con los triunfos del Zaragoza y el Sporting. Ambos se jugaban el tipo y uno logró salir del descenso y el otro se quedó a las puertas. Ahora unos y otros ven su objetivo, la permanencia, mucho más accesible, puesto que el Málaga cayó en Barcelona y el propio equipo maño derrotó (en medio de la niebla) a otro rival directo como es el Levante. Al final, lo que demuestra esto es que ni conviene arrojar la toalla antes de tiempo ni, como ya hemos dicho, creerse que tienes algo. Sólo está hecho la mitad del trabajo.
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