El Barcelona y su mejor futbolista, Messi, desequilibraron un encuentro igualado y destrozaron en una segunda parte a un Valencia que realizó un partido bastante completo pero que se olvidó de rematar la faena cuando tuvo oportunidad.
Puede que nos cansemos de decirlo, pero actuaciones como la de hoy de Leo Messi le elevan a niveles que pocos futbolistas han alcanzado en la historia del fútbol.
No sólo marca tres goles, sino que su capacidad de liderazgo ofensivo y acierto fue la que determinó la principal diferencia entre un Barça volcado y un Valencia entregado que perdonó lo suyo y acabó saliendo del Camp Nou con los pies por delante.
El equipo de Emery dispuso de una primera parte dominadora en la que puso contra las cuerdas a Valdés y compañía en labores defensivas. Sostenido por el notable trabajo en la medular de los sobrios Banega y Albelda, los ché parecieron estar cerca del gol en las oportunidades que fallaron Jordi Alba, el Chori Domínguez o, en el segundo periodo, Zigic.
Sin embargo, el esfuerzo se pagó y Albelda se tuvo que retirar lesionado mientras que el Barcelona movía ficha y retiraba al inoperante Bojan por Henry. Fue el francés el que, realizando su mejor partido este año, aportó movilidad y espacios para las letales internadas del argentino.
En una jugada individual, Messi se quitó de enmedio a tres valencianistas para desnivelar el duelo y, desde entonces, el Barcelona se merendó a unos visitantes aún más mermados por la expulsión de Maduro. Ahí terminó el encuentro y comenzó el recital de "La Pulga".
Messi fue el que aguantó el tipo y se echó a las espaldas al campeón para no perder comba en su duelo contra el Madrid, que se juega el liderato en Valladolid.
Firmado: Pablo Vega.
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