Firma invitada: Juanjo Acobi
Porteros, balones, elucubraciones y poco más
El Mundial… esa cita que tanto nos gusta a los amantes del deporte rey. Ni la mejor de las finales de la Champions pueden igualar la repercusión que tienen los mundiales sobre lo demás.
No voy a hablar sobre nuestra querida selección, de eso ya se encarga nuestra sensacionalista prensa deportiva.
Hago una vista general, hoy día 15 de junio de 2010 (último partido Brasil – Korea del Norte). Sinceramente, está decepcionando esta cita mundialista. Hay quien achaca todo esto a los balones, a que los únicos goles que se están dando son en los que la cámara enfoca al guardameta. Que si Green, que si justo Villar. No voy a defender mi posición ‘madre’ de guardameta, pero obvio es que un fallo garrafal de un portero es lo mismo que un fallo garrafal de un delantero.
Que si Rooney, que si Ronaldo, que si Eto’o… nada de nada. ¿Por qué no funciona todo esto? En primer lugar, la presión que supone jugar con compañeros a los que sólo ves 5 o 6 veces al año. En segundo lugar, el jugar el prestigio, el revalorizarte como jugador para cobrar más, irte a un grande… las esperanzas en la felicidad de un solo país se juega, en gran parte, en ésta cita. A unos se les exige el Mundial, otros tienen esperanzas, y otros tienen algo precioso. Tienen la ilusión en hacer algo grande.
Compensar la labor grupal contra las individualidades magistrales de Barça, Madrid, Chelsea, Milan, etc.
Y eso es lo que está pasando. Se intenta hacer todo tan perfectamente bien que no se arriesga un solo pase, un solo tiro… y hace que el juego de las selecciones sea espeso y ‘amarrategui’ en lugar de alegre, dinámico, divertido. Se prefiere ganar uno a cero jugando con cautela, y meter gol de jugada ensayada que elaborar, arriesgar, y todas esas cosas que hacen del fútbol un espectáculo y no un negocio.
No me parece que esté siendo un mal Mundial. Y a nadie debería parecerlo. No por la emoción de que queremos enterarnos incluso de el resultado de Angola, sino porque… hablamos siempre de que un defensa es fuerte, va bien al cruce, de cabeza, de que un mediocentro es potente y coge muy bien la posición, de que un delantero presiona bien. Es decir, todo cualidades defensivas.
Nunca hablamos de que un central salga hasta el centro del campo para crear superioridad, de que un lateral se preocupe más de atacar que de defender, de un mediocentro con llegada… ¿de qué nos quejamos? ¿No queremos orden? Ahí lo tenemos. Buen Mundial. Para mí, no.
Tranquilos, se irá animando todo esto.
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