Por Pablo Vega.
Los charrúas son la primera selección que se mete en los cuartos de final tras derrotar a los correosos surcoreanos por 2-1. Un doblete de Luis Suárez, el jugador del Ajax, valió el billete para estar entre los ocho mejores, algo que no lograban desde 1966.
Aunque partían como favoritos en este enfrentamiento, la tensión y la alta competición entre dos equipos que han sabido sobrevivir en dos grupos muy dificiles se notó desde el principio. Los fallos se pagan ya muy caros y los asiáticos desperdiciaron algunas oportunidades de oro, como una inicial que se estrelló en el palo.
Justo a continuación, una combinación entre la delantera uruguaya de dos peligros constantes como Forlán y el propio Suárez acabó siendo culminada por el segundo. Un gran ejemplo de que la calidad arriba y las ideas claras le daban una superioridad importante, que además saben aprovechar.
Los surcoreanos no se rindieron y siguieron incordiando a la zaga azulona, aunque estos parecían cómodos en una situación que para otros equipos sería bastante problemática: defender solo un gol de diferencia y fiarlo todo al acierto y a la calidad de sus atacantes.
Pese a ello, quizás cierto conformismo posibilitó que Uruguay perdiera el dominio de balón, y eso siempre es un riesgo. La buena labor defensiva no podía desconectar del todo el ataque coreano, así que los minutos pasaban pero el sufrimiento crecía para conservar la exigua ventaja.
El encerrarse en su campo acabó provocando que los surcoreanos gozaran de más ocasiones en una segunda mitad con unas sensaciones completamente diferentes. Así, una falta mal defendida posibilitó que los orientales consiguieran un justo empate por medio de Lee Chung Yoo.
A partir de ahí, fue un toma y daca de imprevisibles consecuencias para ambos, con ocasiones para desnivelar la balanza pero sin acierto de los delanteros. Al final, otra vez un decisivo Suárez se echó a su selección a las espaldas y con un gol de gran delantero parecía dejar finiquitada la contienda. Sin embargo, todavía hubo opciones para que se forzara otra vez el empate, y tanto Muslera como su defensa debieron emplearse a fondo para no complicarse la vida de nuevo.
Uruguay, la campeona que parecía no contar para nadie, se encamina a unos cuartos de final en los que se medirá al vencedor del encuentro de octavos de esta noche entre EE.UU. y Ghana, otro partido entre selecciones gratamente sorprendentes.
Foto: as.com
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