Otros debuts de selecciones potentes volvieron a producirse este martes, y volvieron a ser altamente decepcionantes, además de venir por parte de selecciones que atesoran tan alto nivel competitivo como calidad.
En el caso de los brasileños, aquellos que muchos hemos señalado como principales contendientes al título mundial ( con permiso de España ), no han sabido o querido hacer más que cumplir con un suficiente su primer test ante la débil, pero bien asentada, selección norcoreana.
Hasta bien entrado el segundo tiempo, los espectadores que siempre asocian a Brasil con el "jogo bonito" y con la presencia de grandes cracks mundiales y fútbol espectáculo se encontraron con un conjunto plano, bien trabajado tácticamente pero al que Dunga ha amputado toda la imaginación ( y la anarquía ) tradicional de la pentacampeona. Ni Kaká, ni Robinho ( con pequeñas apariciones ), ni mucho menos Luis Fabiano colaboraban en crear un juego medianamente atractivo, teniendo en cuenta que además su centro del campo no es precisamente el más apropiado para un juego de toque.
Sin embargo, el incansable Maicon fue el mejor del partido, trabajando duro en defensa y en ataque frente a unos asiáticos que no llegaban con peligro arriba. Al final, fue el hombre que sienta en el banquillo a Alves el que abrió la lata con un chut que se coló por un desguardecido primer palo. Elano amplió la cuenta a pase de Robinho y ni siquiera entonces los brasileños dieron impresión de poder machacar a su rival. Fue un fútbol con cuentagotas y sólo la "inocencia" de una selección que se vio frente a un reto demasiado grande, aunque demostraron no tirar el partido maquillando el resultado cuando la victoria ya estaba decidida.
Previsible y aburrido debut brasileño, frente a una Corea que dio lo máximo dentro de sus evidentes limitaciones. Maicon y Robinho fueron lo más salvable e interesante de la "canarinha".
Portugal y Costa de Marfil tuvieron demasiado miedo a perder
Si este era el partido de la primera jornada, que nos devuelvan el dinero. El encuentro que más igualdad parecía disponer sobre el terreno de juego y con talento de sobra ( por parte africana: los hermanos Touré, Eboué, Romaric, Zokora, Dindane, Kalou y el restablecido Drogba que apareció en la segunda mitad; por parte portuguesa: Alves, Carvalho, Deco, Tiago, Simao o Cristiano ) por los dos lados fue también un manual de predominio de las defensas sobre los ataques.
Poco peligro real, pocos ataques, poco fútbol más allá de las individualidades ya citadas intentando desequilibrar un duelo en el que el derrotado se hubiera visto con pie y medio fuera de octavos. El poco espectáculo fue el que ofrecieron los chispazos de Cristiano, especialmente su tiro al palo y el bloque compacto de ambos conjuntos ( sólidos pero faltos de un pasador ).
Esperemos que el panorama, bastante gris a la espera del debut español, se alegre a la vez que el torneo vaya progresando, con los equipos más sueltos y con estrategias menos conservadoras, que vayan algo más allá del resultadismo puro y duro que algunos proclaman con auténtica veneración. Que el principal tema de conversación estos días sean las vuvuzelas que, día si y día también, generan un ruido constante ( e incluso molesto, aunque yo creo que los espectadores ya estamos perfectamente acostumbrados ) indica la pobreza del nivel que estamos viendo.
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