El Barcelona saltó al estadio del Molinón, engalanado para la ocasión y con el aforo completo, con la mentalidad clara de la victoria, que mantendría la ventaja de 8 puntos y metía presión al Real Madrid, que se medía al Deportivo en un estadio gafe para los madridistas. La astucia decantó el partido con un solitario gol de Pedro, que arrancó en posición incorrecta cerca de la medular del campo tras pase de Iniesta de falta.
El Sporting, que apostó por Cristian Portilla , un mediocentro ofensivo, para dar la campanada, salió a por todas, a sabiendas, que no tenían nada que perder (como decía su entrenador al principio "vamos a disfrutar y a correr la ostia"). En los primeros minutos se sintió incómodo ante un equipo bien armado presionando muy arriba e intimando al rival.
Pep Guardiola decidió dejar en el banquillo a Henry, para dar salida a Pedro, que cuajó un buen partido, pero estuvo algo fallón, al igual que Messi e Ibrahimovic, al perdonar cuantiosas ocasiones. Aún así, Pedro marcó en la primera parte y alibió al equipo culé, que andaba falto de oportunidades. Desde entonces, la máquina carburó, Iniesta, Xavi y Messi volvieron locos a la defensa sportinguista. En una jugaba bien trenzada de los tres, Iniesta sólo ante Juan Pablo, erró, que podía haber tranquilizado para llegar al descanso.
El guión seguía el previsto: el Barcelona agolpado al ataque, mientras un Sporting, que aguantaba las continuas embestidas azulgranas, pero Messi e Ibrahimovic, por mucho que lo intentaran, no tenían la puntería bien afinada.
El panorama cambió ante la salida de Diego Castro y Barral, que dieron profundidad ofensiva al Sporting, se arrimaron con más peligrosidad a la meta rival y se vio un Sporting entregado al máximo, que provocó una recta final en apuros. Los nervios se agudizaron en el Barcelona, con varias faltas. Entre ellas, la punta negativa, cuando Puyol generó una falta y fue amonestado con tarjeta amarilla, que acarrea suspensión.
El Barcelona supo controlar el partido, Valdés evidenció estar en buena forma (está en los momentos oportunos) e Ibrahimovic no acaba de resarcirse, impotente ante el pobre baraje goleador en los últimos partidos.
Polémica Arbitral
El Sporting protestó duramente las decisiones arbitrales. El gol encajado por Pedro no debía haber subido al marcador, ya que partía en posición incorrecta. Se quejaron de un posible penalti a Márquez y la expulsión de Messi por una falta por detrás en la que sólo vio tarjeta amarilla.
Firmado: Iñigo Gómez
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