jueves, 10 de marzo de 2011

La Leyenda continúa

Por Alex Barbero


Parece haber un idilio especial entre Raúl González y la Champions League. Un lazo casi irromplible que busca alargarse esta temporada. Posiblemente el curso que viene, Raúl diga adiós a la competición de clubes más prestigiosa del mundo, por eso quiere prolongar su estancia lo máximo posible

Raúl que ya es el máximo goleador de la historia de la competición y el jugador que más partidos ha disputado se despedirá casi con toda seguridad del torneo esta temporada. Por ello el jugador español quiere disfrutar cada minuto como si fuera el último. Quiere seguir dejando huella, más si es posible, en su competición predilecta. Quiere que su leyenda continue.

Raúl siempre ha demostrado un espíritu de competitividad fuera de lo normal. Ha querido estar por encima de sus posibilidades, peleando hasta el último aliento, sin desfallecer hasta que el árbitro señalara el final del partido. Este espíritu que siempre le ha caracterizado, ahora se lo ha contagiado a sus compañeros. Por lo menos en las eliminatorias, tanto copera como Europea. El Schalke 04 se ha plantado en la final de Copa de Alemania y acaba de solventar una eliminatoria complicada contra el Valencia. La ambición del Schalke ha superado con creces lo que todos creíamos.

Detrás de un equipo flojo y endeble en defensa, con dificultades notables para elaborar el juego, hemos visto a un equipo luchador, que se entrega al máximo en el campo y que a la menor oportunidad te da la estacada. Como Raúl. El ex-jugador del Real Madrid ha impregnado las esquinas de la región de Gelserkinchen de garra, pundonor, entrega... Se ha convertido en el ídolo incondicional de la afición y del jugador más relevante del club. Ayer no marcó, pero su sola presencia en el campo es un plus añadido para apostar por el club germano.

Tal vez, y es fácil que ocurra, al madrileño le quedarán tan solo dos encuentros más para disfrutar del ambiente, del color, del aroma de una jornada de Champions, algo que sin duda le dolerá. Pero se puede ir tranquilo. Si su equipo no supera la próxima eliminatoria, Raúl puede marcharse con la cabeza bien alta, por la puerta grande y con el reconocimiento del mundo del fútbol. No ha sido el jugador con más talento, ni el más virtuoso. No ha sido el mejor definidor ni rematador. No ha sido el más hábil, el más rápido, el más vertical o el más elegante. Per ha sido el más sacrificado. El jugador que más se ha entregado en un rectágulo de juego. Y por ello su leyenda se alzará más alto que la de otros ídolos con pies de barro.

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