No ha acabado la temporada y ya se especula con posibles ventas. El rumor más escándaloso es el de Kaká, quien parece que ya ha dejado la entidad madridista. Se juega con su futuro con una facilidad pasmosa. Un espectáculo esperpéntico de varios medios de comunicación.
Kaká no ha rendido al nivel esperado en el Real Madrid. Su juego se ha visto afectado por lesiones, problemas y seguramente, aspectos psicológicos que han mermado en bastante proporción su aportación al club blanco. Pero Kaká es un jugador mágico, con calidad suficiente para ayudar a llevar la carga del equipo a futbolistas como Cristiano Ronaldo o Mesut Özil. Debe aceptar los galones que su historia le ha otorgado.
Se comenta que el mayor problema del Real Madrid es la falta de juego, la dejadez en la elaboración y la somnolencia que provocan en algunos momentos de la temporada. Por ello necesitan a ese jugador desequilibrante de tres cuartos de campo que electrifique el juego y desordene el sitema contrario. Ese jugador que ha sido Kaká desde que llegó a Europa.
No sé que le pasará por la cabeza al brasileño, no sé si sigue teniendo problemas físicos o alguna dolencia y ni siquiera sé si Mourinho confía plenamente en su importancia tanto en el campo como en el vestuario; pero tengo claro que Kaká debe resucitar y demostrar a la afición madridista que 65 millones ha sido un precio razonable acorde con la calidad que atesora en sus botas. Kaká puede ser la clave que ayude al Madrid a luchar por todo en esta recta final de temporada. Todo depende de él.
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