Por Alex Barbero
La búsqueda de un juego efectivo a la par que atractivo ha sido el objetivo del Madrid en los últimos años.Desde la marcha de Del Bosque, el legado de dar gusto a la afición ha quedado sin heredero a espera de alguien que sepa coger el testigo y dar con la tecla para que el Bernabéu vuelva a disfrutar. En el Madrid actual veo varias lagunas para que este hecho se consume correctamente.
Defensivamente el club es una roca. El marcaje estricto apenas deja huecos. Sufre en las llegadas por banda, ya que Marcelo, quien ha mejorado notablemente, todavía no es un lateral fiable defensivamente hablando. Por el otro costado, Arbeloa sufre menos en defensa que Ramos ya que el sevillano sube sin mesura y muchos contraataques entran por el lateral diestro. La pega de Arbeloa es que físicamente no es tan fuerte y no da una salida óptima en ataque. Las entradas por el medio son repelidas con eficacia debido a las dos torres lusas. Pepe por la derecha sigue demostrando que es uno de los tres mejores centrales del mundo. A veces se pasa un poco de revoluciones. Carvalho por su parte, es un central sobrio que saca el balón, que da opciones al lateral y que corrige con una situación táctica perfecta, su falta de velocidad.
En el medio y delantera el Madrid tiene su quimera. Normalmente la táctica es usar doble pivote y por delante una línea de tres mediapuntas que interactúan con el medio. Un fallo, ya que se suelen estorbar. En la sala de máquinas, Alonso y Khedira no acaban de compenetrase. Alonso es imprescindible y Khedira debe ir a más. La pega es que en el Madrid juega muy retrasado. Es un futbolista con mucho recorrido que debe desarbolar la estrategia rival arrancando hacía el área. Un poderío físico un tanto falto de técnica, pero efectivo cuando juega más adelantado.
Los tres mediapuntas se estorban, precisamente porque no se ofrecen bien. Para que un equipo funcione debe ofrecer más posiblidades en las zonas de 3/4 de campo. Los medios se deben mover más mientras se dejan a dos extremos fijos. En el madrid, todos van al medio a pedir estáticos la pelota y cuando la consiguen intentan la individualidad.
Ronaldo es el mejor ejemplo. El Madrid debe ofrecer un trivote pero con Özil como enganche y dos extremos fijos. Las bandas muchas veces se encuentran despobladas debido a la acumulación de efectivos en el medio. Esto se traduce a mucha posesión pero poca circulación productiva. Si Ronaldo aguardara en la derecha y Di María en la izquierda, las opciones de los tres medios serían cuantiosas. Además se contaría con la incorporación de los laterales. Ä Özil muchas veces le dejan sin espacios, ya que al ofrecerse todos al medio, la defensa contraria marca al hombre e impide la circulación o el regate.
En la delantera el Madrid echa de menos un delantero de referencia que se mueva entre los dos centrales, fijándolos y dando opciones a los medios para que lleguen. Higuaín puede hacer esta labor pero al encontrar que le llegan pocos balones, intenta bajar a recibir y ayudar en la construcción.
Cuando los jugadores de arriba cogen el esférico realizan un fútbol muy vertical, de sprint total que sólo sirve para desesperar al aficionado. Muchas veces se olvidan que juegan en equipo e intentan la guerra por su cuenta. Para que el Madrid funcione, Özil debe cobrar mucho protagonismo, Ronaldo debe limitarse al regate cuando sea estrictamente necesario, cosa que no hace y por eso pierde muchos balones. Di María debe actuar como extremo y no como un enganche. El Pipa Higuaín debe levantar la cabeza y no ofuscarse buscando un hueco por donde aparecer.
El Madrid cuenta con una calidad impresionante, pero carece de ideas claras y le salva una buena actitud defensiva y pocos destellos en la delantera. Un equipo grande no puede vivir de eso y José Mourinho tiene que rectificar estos fallos si quiere que su equipo enamore y no aburra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario