Por Alex Barbero
Que el Sevilla ha sido uno de los mejores equipos, no sólo a nivel nacional sino también a nivel mundial es un hecho indudable. Que su capacidad para generar grandes promesas futbolísticas es impresionante. Es innegable que sabe comprar bueno y barato para luego vender a precio de oro. No se puede poner en duda su estirpe luchadora, sus ansías de victoria y su afán de éxito y gloria. Pero tristemente, tampoco se puede contrariar la idea de que este año han empezado con el pie izquierdo.
El curso no empezaba bien. Se caía ante el Barça en la Supercopa de España y encima, para colmo, el sueño de Champions quedó truncado debido a la pésima imagen ofrecida ante el Sporting de Braga. Las dudas llegaban a Heliópolis. Parecía que la liga iba a dar un lavado de cara al sevillismo, ya que se empezó goleando a un recién ascendido como el Levante. Pero en el Sánchez-Pizjuán volvieron a ser escépticos debido al empate a cero contra el Depor.
La gota que ha colmado el vaso de la crispación sevillista ha sido la derrota en UEFA ante el PSG, un equipo ilustre del fútbol francés, pero muy inferior -sobre la mesa- al conjunto andaluz. Todos los dardos apuntan a una sola diana, Antonio Alvárez. El técnico no ha dado con la fórmula y su equipo se muestra apático dentro del terreno de juego. Efectivos no le faltan, ya que cuenta con una de las mejores plantillas de España y de Europa, pero su juego está dando mucho que desear.
Jose María Del Nido no es muy propicio a despedir entrenadores, aunque el año pasado se cargara a Manolo Jiménez, quien a pesar de cumplir las espectativas, no disfrutaba del beneplácito de presidente, cuerpo directivo y afición. Ahora Álvarez está en la cuerda floja. En Nervión no está gustando la actitud y posición del equipo por lo que se pide a gritos un cambio de aires. Ya sonó en verano la opción de Goyo Manzano, alguien que debe estar en un banquillo sí o sí, pero la operación no se completo.
El equipo ciertamente, necesita mentalizarse y cambiar el chip porque preocupa su estado de forma. Uno de los errores que yo encuentro en este Sevilla es que parece que la idea de fichar jugadores desconocidos se ha convertido en un mandamiento. Es verdad que en muchas ocasiones ha salido bien y hemos visto nacer de la nada a auténticos cracks, pero eso no va a suceder siempre. Para ser el mejor, también debes rascarte un poco el bolsillo y llevar a tu equipo a una estrella consagrada que desequilibre el resultado a tu favor.
Lo que está calro es que este Sevilla no puede continuar mendigando puntos, especulando con el resultado y mostrando una faceta hasta ahora desconocida. Un equipo que había sido el orgullo de su ciudad y en muchas ocasiones de España está retornando a un lugar de sombras y oscuridad que en su día empequeñeció la historia del club. Formas y efectivos tienen para sobreponerse. Veremos si lo consiguen. Más de uno se estara acordando de Juande ahora...
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