Por Alex Barbero
En una liga en la que era imposible disputar el título al Barça y al Madrid, el Valencia pugnaba por entrar en puestos champions. Su lucha contra equipos como Mallorca y Sevilla se volvía emocionante según pasaban las jornadas. Finalmente el Valencia se impuso en el combate por el tercer puesto y aseguraba su participación en la siguiente edición de la Liga de Campeones.
El verano fue convulso en la ciudad del Turia. Jugadores emblema como Villa, Silva y Marchena abandonaron el club en busca de nuevos proyectos que les deportaran éxitos. Sus traspasos dejaron en las arcas valencianistas una cuantiosa suma de dinero con la que afrontar traspasos y deudas.
El proyecto Champions tomaba un giro de 180º. Se firmaron fichajes muy light, sin desembolsar cantidades estratosféricas de dinero, fichando con cabeza y solo lo necesario. Emery empezaba la temporada con una plantilla extensa, joven y con ganas de triunfar.
Sin duda el entrenador es el crack del conjunto che. Un gran entrenador que sabe sacar lo mejor de cada jugador. Empezando por él ya se puede decir qe el Valencia es un candidato a dar la campanada este año. Después, nos fijamos en la plantilla y vemos allí jugadores que no son de primer nivel como lo fueran Silva y Villa,pero si que son buens profesionales que cumplen con su rol en el equipo. No está Silva, pero Mata puede cargar en sus espaldas el peso de llevar el desequilibrio en la mediapunta. No está Villa, pero Aduriz y Soldado han demostrado una eficacia goleadora impresionante en sus anteriores equipos y en este inicio de campaña siguen haciendo gala de una gran punteria.
Marchena tampoco está pero Dealbert se puede consolidar como un líder en la zaga valencianista. Además cuentan con la ventaja de tener jugadores jóvenes que seguirán creciendo como son el caso de Banega y Pablo, quienes tendrán una importancia más relevante este curso. El argentino será el encargado de crear y elaborar el juego desde la medular del campo. El español aportará su desequilibrio y desborde en la banda, sus centros, asistencias y sus goles. Un gran futuro el que aguarda al extremo che.
Otra faceta positiva del equipo es que jugadores que parecían acabados han resucitado de sus cenizas. Los Ave Fénix en cuestión son Joaquín y Vicente. Los extremos fueron en su momento los mejores en España, pero a causa de lesiones o de irregularidades en su juego no han acabado de aportar al equipo lo que de verdad son capaces de aportar. Este año pueden cambiar las cosas y deberían ser las alas que lleven al Valencia al éxito.
Sin duda el proyecto apasiona. Emery es un ilustre en el mundo de los banquillos, un míster que apesta por un juego abierto, atractivo y ofensivo. Puede que economicamente no pueda competir con los gallitos de Europa y que en efectivos no esté tan bien equipado como para optar a un gran título, pero la ilusión la tienen. Veremos si el éxito vuelve a rondar a orillas del Turia.
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