Por Alex Barbero
En la Ciudad Condal pueden sacar pecho, estar orgullosos y sobretodo tranquilos. Para los aficionados del Barça La Massía es algo más que la cantera. Y para los propios chavales, defender los colores blaugranas es más que un trabajo, más que una forma de ganarse la vida. Ellos disfrutan jugando y los aficionados disfrutamos viendo el espectáculo que dan, tanto el primer equipo como el "B" en un terreno de juego.
Desde que Johann Cruyff aterrizó en Barcelona para controlar los mandos de un equipo muy inferior a sus posibilidades, la filosofía en el equipo cambió radicalmente. El Barça empezaba a tratar con cariño y gusto la pelota. Comenzaba una era en la que el juego atractivo de posesión, toque y efectividad era el padrenuestro en Barcelona. Y ese método se fue transmitiendod e generación en generación. Se imponía el estilo en todas las categorías de la entidad. Algo muy efectivo, ya que las posiciones no variaban y los propios jugadores sabían su rol desde alevines hasta ascender al primer equipo.
Hoy en día vemos en su máximo exponente que esta teoría futbolística funciona a la perfección. Xavi, Iniesta y Busquets se ha convertido en el mejor tridente en un mediocampo. Y Piqué y Puyol se han reivindicado como la mejor pareja de centrales de los últimos años. Y nada que decir sobre Leo Messi...
¿Y si durante la temporada pasa algo a estos cracks? No problem. Esa cuestión no quita el sueño a Guardiola. Bien sabe el entrenador que Xavi o Messi son irremplazables, pero al menos tiene en su filial una solución óptima, que responderá y que es de la casa.
El pequeño Barça ha subido este año de categoría y en la difícil fauna de segunda división no sólo aguantan el ritmo, sino que despliegan un fútbol exquisito, al más puro estilo Can Barça. Ver jugar a unos chavales al primer toque, con descaro, sin rifar nunca la pelota y haciendo del fútbol algo maravilloso es sin duda una sensación muy agradable. Jugadores como Thiago, Romeu, Dos Santos o Nolito tienen un futuro muy prometedor y vistoso. Además tienen la suerte que el líder de toda la familia culé, Pep Guardiola, confía a ciegas en cualquier jugador formado en las categorías inferiores. Un plus de motivación saber que el club cuenta con la cantera. Ya podrían aprender otros equipos.
El Barça B se alza en la cima de la segunda división. No hay que exigirles tampoco que arrasen en la categoría de plata ya que, al fin y al cabo son chavales a los que les falta mejorar algunos aspectos. Por ejemplo, la sólidez defensiva debería mejorar. También deberá controlar el tempo del partido ya que a veces el conjunto culé parece desbocado. Pero hay margen de mejora. Les avala un amor por la filosofía de club, por el toque y el juego bonito y sobretodo por una técnica envidiable que atesoran pocos equipos de segunda y primera división. La juventud está de su lado.
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