Por Alex Barbero
La primera jornada de la Uefa Champions League ha dejado claro que el fútbol español está de enhorabuena. Valencia y Barça han solventado sin apuros y con una facilidad aplastante sus respectivos encuentros. Puede que los equipos no fueran de una categoría equiparable a la de los españoles, pero empezar goleando, dejando una imagen muy atractiva y dando muestras de un juego vistoso es sinónimo de esperanza. La carrera hacía el éxito ha empezado de manera inmejorable para los equipos patrios.
El Barça se reencontraba ante su afición después del batacazo del Herculés. La grada culé necesitaba una reivindicación por parte del equipo de Pep para no caer en un mar de dudas. Los jugadores sabían que una goleada haría desvanecer toda estúpida idea de un fin de ciclo o de una caída del imperio blaugrana.
El Camp Nou pudo sentirsedubitativo en algún momento, pero en cuanto Xavi cogió la batuta, dirigió la orquesta y dio el papel de solista a Leo Messi se acabaron toda clase de conspiraciones. El Bará dominó con abrumadora brillantez a un equipo que no opuso mucha resistencia. Es imposible jugar cara a cara al conjunto catalán, pero cierto es que no se puede ir de víctima y que la suerte premia a los valientes.
El Panathinaikos empezó de gallito y acabó de rodillas, recibiendo una manita y saliendo del feudo culé con la mente puesta en la pugna por el segundo puesto. El Barça disipa la neblina que oscurecía la presente temporada y pone como objetivo mantener ese nivel de exigencia que le ha llevado a derrotar con furia al conjunto heleno. Su goleada sólo es un aviso a las demás escuadras. No estaban muertos, sino dormidos. Y se han despertado.
Por otra parte el Valencia calló bocas agoreras que vaticinaban un tropiezo en el infierno turco. El infierno del Bursaspor se quedó en una colilla mal apagada. Un Valencia superlativo que cada vez juega mejor y que apenas nota la falta de sus dos mejores jugadores en la temporada pasada. Aduriz se consagra, Soldado empieza a funcionar y fichajes como Tino Costa alimentan la euforia Che. El portugués se marcó un partidazo en la medular. Gol antológico incluí do.
Unay Emery se consagra como un magnífico técnico. Es cierto que el conjunto turco no llega a un nivel de exigencia suficiente para hacer sufrir al Valencia, pero hay que recordar que es el campeón turco y jugando en casa podía haber sido peligroso. Emery planificó el partido a la perfección y sigue llevando viento en popa al Valencia por la senda del éxito. Un lujazo tener al Valencia entre los favoritos.
Eso es lo que refiere a los equipos españoles. También hay que reseñar en la primera jornada de la Liga de Campeones son los pinchazos de dos de los máximos favoritos a levantar La Orejona. El Manchester United sigue dando a entrever que está muy lejos de su mejor versión. El equipo de Ferguson está falto de ideas. Se estrelló contra el muro puesto por el Glasgow Rangers, que no sufrió mucho para no encajar ningún gol. Y como las desgracias no vienen solas, Antonio Valencia, uno de los jugadores más desequilibrantes de Los Reds Devils, se lesionó de gravedad. No corren buenos días por Old Tradfford.
El Inter de Milán empezó con el pie izquierdo la edición en que tiene que revalidar su cetro de campeón. El equipo ahora dirigido por Benítez, tuvo serias dificultades para arrancar un punto en el estadio del vigente campeón holandés, el Twente. No ha habido mejoría en el juego neroazzurro y para colmo parece que la pólvora se ha mojado. Veremos si este año su eficacia sigue siendo intratable.
Mañana es el turno del Madrid que debe mantener el nivel expuesto por los equipos españoles. Tiene una prueba de fuego ante el mítico Ajax que vuelve a la máxima competición europea después de un lustro sin pasearse por los grandes estadios del Viejo Continente. Sin duda partidazo en el Bernabéu en el que la historia se encontrará con el presente.
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