Muchos dudaban del papel de Guardiola como gestor de vestuarios grandes sin tener experiencia previa, y pocos confiaban en su buen hacer. Ahora, año y medio después, a pesar de ciertas derrotas, nadie cuestiona en prácticamente nada su labor e incluso sus evidentes errores ( Chigrinsky ), no son subrayados en exceso. Lo contrario pasa con el inquilino del banquillo blanco, al que cualquier error táctico o una alineación extraña es cuestionada sin que se le de un margen de error lógico. Quizá pese en exceso la comparación con el Barça, pero no hay que pensar que uno este menos cualificado que otro para realizar su trabajo.
Ayer mismo, el propio técnico del Barcelona realizó unas declaraciones en el sentido de que "le gustaría ser seleccionador algún día". Si estas mismas declaraciones las hiciera Pellegrini, la prensa seguramente se le echaría encima destacando su "falta de compromiso" con el Madrid.
Por su parte, el portero atlético Sergio Asenjo, habitual suplente en los últimos partidos, ayer volvió a quedar retratado, según muchos, en un grave error que provocó un empate ( con sabor a victoria según el desarrollo del partido ) para el Galatasaray.
Sin duda, es cierto que De Gea está en un mejor momento, pero parece evidente que Asenjo no puede ser peor portero que hace unos meses, cuando se le fichó a bombo y platillo por cinco millones de euros. Sus grandes actuaciones con el Valladolid se olvidaron pronto en un club que vive al borde de la autodestrucción demasiadas veces y que, hasta ahora y para desgracia de Asenjo, tiene una defensa sin ninguna autoridad.
Visto así, la única solución es aportar por la paciencia y saber apreciar el pasado para no cambiar de opinión con excesiva frecuencia. Si Pellegrini demostró ser un gran entrenador en el Villarreal y Asenjo un gran portero en Valladolid, es imposible que los dos sean unos negados. Quizá solo les falte una palabra y que es, seguramente, la clave de muchos de los últimos éxitos del Barça y de los fracasos recientes de clubes inestables como Madrid y Atlético: confianza.
Firmado: Pablo Vega.
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