Puede ser casualidad. Después del devastador terremoto ocurrido en Santiago de Chile esta madrugada, el “chupete” Suazo, jugador chileno, ha reavivado al Zaragoza y ha podido dedicar los dos goles que ha anotado a su tierra natal. Solo ha existido un equipo en el campo, y ese ha sido el Zaragoza. El Getafe ha sido arrollado por todos los costados ante el Zaragoza: la defensa azulona no ha estado a la altura y un pésimo ataque. Sirvió para negar las aspiraciones europeas al Getafe y aliviar al Zaragoza, que no se acostará esta jornada en la zona de descenso. Partido muy activo, con infinidad de ocasiones y atráctivo, en el que contemplamos excelentes jugadas personales.
El Getafe, con el entrenador Míchel, halagado por tener el record de puntos de toda la historia en Primera del equipo, no levanta cabeza. Desde que acabó la primera vuelta, el equipo no juega bien. Y encima, si el Getafe le cuesta ganar un partido cuando su juego es bueno, pero si el trato de balón es penoso, sólo un milagro puede lograr la suma de puntos.
En esta ocasión, el Getafe comenzó de una manera lamentable. No se habían acomodado los aficionados en el Estadio Coliseum Alfonso Pérez, cuando Suazo, protagonista del encuentro, adelantó a los maños en el minuto 2. Robó un balón al Getafe, se adentró al área de jugada personal y con la zurda disparó, sin que Codina, portero del Getafe, pudiera hacer nada para impedir el primer gol maño.
Los jugadores del Getafe entraron al campo dormidos, sin profundidad ofensiva y con poca salida del balón. Pedro León, jugador clave, que dirige el ataque azulón, apareció de manera tardía. Tardó en reaccionar el equipo, con pases defectuosos y con poca coordinación entre los jugadores, inusual en el Coliseum.
El portero zaragocista, Roberto, se esforzó en poner las cosas difíciles a los delanteros. Pudo empatar Dani Parejo con un saque de falta, pero Roberto bloqueó un balón que iba a la escuadra. Al parecer, el Getafe no suele tener fortuna con los porteros, que se crecen en el Coliseum. Andrés Palop desquició en la semifinal de Copa al Getafe, y ahora, Roberto seguiría la bestia negra.
El portero maño sacó otra mano prodigiosa a Roberto Soldado, que pudo ser el primer gol del Getafe, acercándonos al descanso. Antes, el “chupete” marcó el segundo gol tras cabecear un saque de falta medido por Gabi. Los jugadores del Getafe fueron abucheados cuando se adentraban al vestuario por los aficionados en una primera parte penosa, que solo tuvo un color: el blanco de la camisa zaragocista.
Reanudo el descanco, Míchel apostó por Juan Albín y Pedro Ríos para sustituir a Pedro León y David Cortés y dar profundidad y desborde en el ataque. Pero apesar de la infinidad de atacantes, el Getafe no encontraba el camino conveniente hacia la portería de Roberto.
No hubo más en el partido. El Zaragoza aguantó el resultado sin ningún impedimento y dejó al Zaragoza fuera del descenso. El culpable de este triunfo fue el chileno Suazo. Extraordinario en su labor de ataque: desbordó y marcó los dos goles del Zaragoza. No se le puede reprochar su profesionalidad: lo dio todo en el campo y acabó reventado. Por el contrario, el Getafe se descuelga con esta derrota de los puestos europeos, deberá meditar en no descender antes de entrar en problemas inútiles.
El Getafe, con el entrenador Míchel, halagado por tener el record de puntos de toda la historia en Primera del equipo, no levanta cabeza. Desde que acabó la primera vuelta, el equipo no juega bien. Y encima, si el Getafe le cuesta ganar un partido cuando su juego es bueno, pero si el trato de balón es penoso, sólo un milagro puede lograr la suma de puntos.
En esta ocasión, el Getafe comenzó de una manera lamentable. No se habían acomodado los aficionados en el Estadio Coliseum Alfonso Pérez, cuando Suazo, protagonista del encuentro, adelantó a los maños en el minuto 2. Robó un balón al Getafe, se adentró al área de jugada personal y con la zurda disparó, sin que Codina, portero del Getafe, pudiera hacer nada para impedir el primer gol maño.
Los jugadores del Getafe entraron al campo dormidos, sin profundidad ofensiva y con poca salida del balón. Pedro León, jugador clave, que dirige el ataque azulón, apareció de manera tardía. Tardó en reaccionar el equipo, con pases defectuosos y con poca coordinación entre los jugadores, inusual en el Coliseum.
El portero zaragocista, Roberto, se esforzó en poner las cosas difíciles a los delanteros. Pudo empatar Dani Parejo con un saque de falta, pero Roberto bloqueó un balón que iba a la escuadra. Al parecer, el Getafe no suele tener fortuna con los porteros, que se crecen en el Coliseum. Andrés Palop desquició en la semifinal de Copa al Getafe, y ahora, Roberto seguiría la bestia negra.
El portero maño sacó otra mano prodigiosa a Roberto Soldado, que pudo ser el primer gol del Getafe, acercándonos al descanso. Antes, el “chupete” marcó el segundo gol tras cabecear un saque de falta medido por Gabi. Los jugadores del Getafe fueron abucheados cuando se adentraban al vestuario por los aficionados en una primera parte penosa, que solo tuvo un color: el blanco de la camisa zaragocista.
Reanudo el descanco, Míchel apostó por Juan Albín y Pedro Ríos para sustituir a Pedro León y David Cortés y dar profundidad y desborde en el ataque. Pero apesar de la infinidad de atacantes, el Getafe no encontraba el camino conveniente hacia la portería de Roberto.
No hubo más en el partido. El Zaragoza aguantó el resultado sin ningún impedimento y dejó al Zaragoza fuera del descenso. El culpable de este triunfo fue el chileno Suazo. Extraordinario en su labor de ataque: desbordó y marcó los dos goles del Zaragoza. No se le puede reprochar su profesionalidad: lo dio todo en el campo y acabó reventado. Por el contrario, el Getafe se descuelga con esta derrota de los puestos europeos, deberá meditar en no descender antes de entrar en problemas inútiles.
Foto: EFE
Firmado: Iñigo Gómez
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