Por Alex Barbero
Se va agotando a pasos agigantados el crédito de Juanma Lillo como entrenador del Almería. La paciencia se agota, y es que en cuatro jornadas el club andaluz no conoce la victoria. Empezó con el visto bueno de la afición, pero parece que el Estadio de los Juegos Mediterráneos se ha cansado de su filosofía futbolística.
Hay detractores que intentan sabotear su carrera alegando que es un fraude como técnico. Cierto es que no ha contado con la suerte de su lado. Los equipos a los que ha dirigido no han aguantado mucho su estilo de juego y en cuanto venían las vacas flacas, optaban por la opción más sencilla: destituir al técnico.
En Almería eran muchas las ilusiones puestas en el vasco, ya que es conocida por todos su afición al juego de toque, posesión y espectáculo. Pretendía que su equipo fuera una referencia, un modelo a seguir por las escuadras más modestas. Pero no ha sido así y la temporada está siendo agónica. Ya son muchos los críticos que tiene Lillo a la espalda y que piden su cabeza recién comenzada la temporada. No aguantan su estilo de juego. Le acusan de ser un timo como entrenador.
Otros en cambio, entre los que me incluyo sin miedo a reconocerlo, creemos que Lillo es un míster inteligente y preparado, un entrenador valiente que apuesta por un estilo atractivo en el que el balón es el principal protagonista. Alguien que no duda en ofrecer su faceta ofensiva sea cual sea el rival. Personalmente pienso que las acusaciones contra el todavía entrenador del Almería son injustas y traicioneras. Lillo propone anteponer el tqui-taca al juego resultadista, defensivo y soporífero que emplean algunos entrenadores. Nos intenta deleitar con una visión moderna, sin precarias muestras de miedo o cobardía.
Es verdad que el sistema no se le ha dado muy bien, tal vez por los jugadores, por los equipos contrarios o por que no se le ha dado continuidad al proyecto. No creo que haya necesidad de prescindir de sus servicios tan pronto, sino darle confianza y dejar en sus manos la estructura deportiva del equipo. Juanma Lillo me parece un técnico muy sabio que conoce el fútbol y sabe como se debe jugar, sabe como hay que tratar al balón, sabe la importancia de tener la posesión y saber utilizarla, ama el uso de la velocidad y la técnica, sabe que su combinación es un arma letal, le gustan los mediocentros organizadores, los cerebros y no duda en cambiar un defensa por un delantero. Es uno de los mejores entrenadores nacionales y cuando se le deje trabajar a gusto, sin presiones, veremos su total capacidad.
Creo que merece una oportunidad en este Almería y que en un futuro más próximo que lejano, debería entrenar a un gran equipo con aspiraciones más ambiciosas.
1 comentario:
Piatti tiene mucha calidad para subir un peldaño más arriba. Quizá este año sea el año de replantearselo.
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