Por Alex Barbero
La temporada empezaba siendo un auténtico calvario para el Deportivo de la Coruña. No conseguía sacar adelante sus partidos, era goleado con severidad y s falta de gol preocupaba en exceso. Hoy ya ha salido de los puestos de descenso, pero no puede descuidarse y debe seguir mejorando ya que el descenso podría significar la desaparición de uno de los clubes más importantes de España.
Todo el mundo tiene buenos recuerdos del Depor entre mediados de los 90 y mediados del 2000. En sus filas juntaba gente de tal categoría como eran Bebeto, Makaay, Mauro Silva, Fran o Valerón. Ha conseguido ganar ligas, copas y de vez en cuando dando la campanada en Europa. Pero la realidad es muy distinta por Riazor. Su equipo se ahoga poco a poco debido a unas deudas que su presidente, Augusto César Lendoiro no ha podido solventar. Una gestión dudosa la que ha llevado el gallego en sus más de 20 años al frente del equipo.
Sus fervientes aficionados no se cansan de alentar al equipo en estos momentos difíciles, aunque saben que salvar la categoría este año es más difícil que nunca. Y la bajada a los infiernos podría suponer la desaparición del club. El club ya sobrevive a duras penas en primera, en segunda sería imposible debido a la diferencia de ingresos entre una categoría y otra. Por eso el Depor no se puede permitir flaquear y debe seguir nadando a contracorriente.
Estoy convencido que el Depor, a pesar de tener una plantilla limitada, puede estar tranquilo ya que van a quedarse otro año en primera, aunque tengan problemas. Su equipo no es el mejor de su historia evidentemente, sus delanteros no son los más goleadores, sino que además están teniendo muchos problemas para encontrar puerta. Los fichajes que se puede permitir el conjunto coruñés no pueden compararse a los de antaño y tiene que asumir el rol de equipo exportador y creador de talentos. Pero el escudo y la historia pesan más que todo eso. Los jugadores deben sacar su orgullo y llevar al Depor a un lugar digno. La Liga BBVA no se puede permitir prescindir de un conjunto histórico. No sería lo mismo si los grandes equipos no pueden viajar a Riazor, no sería lo mismo si no pudiéramos ver en el calendario un encuentro entre el Depor contra Madrid o Barça. La liga española estaría incompleta. Por eso el Depor debe seguir remando, con fuerza y ánimos, que seguro no morirá en la orilla.
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