lunes, 18 de octubre de 2010

Resumen Premier League "Week 8"

Por Unai Ezkurra

 La “week 8” nos ha dejado muchas cosas para analizar. El derbi entre el Everton y el Liverpool, el empate en casa del Manchester United ante el West Brom, la victoria con polémica del Manchester City en Bloemfontein ante el correoso Blackpool, el empate del Chelsea en Vila Park, la remontada del Arsenal en el Emirates. 

Empezaremos por el derbi de Merseyside. Un partido de bajos vuelos, donde los dos equipos necesitaban desesperadamente los 3 puntos. Puntos que se llevó el Everton, dejando en una situación muy complicada a su eterno rival. El Everton pasó por encima de un Liverpool sin ideas ni carácter y, lo que es peor aún, sin identidad. La presencia en el palco de Goodison Park del sonriente John W. Henry, nuevo propietario del Liverpool, no sirvió para que los “Reds” encontraran el camino de la victoria. Los de rojo no sabían muy bien a que habían venido aGodisoon Park. ¿Falta de confianza en el técnico? ¿Le estará haciendo la cama el vestuario “Red” al bueno de Roy Hogdson? No sería muy descabellado penar en ello después de ejemplos como el del Tottenham con Juande Ramos. Estas preguntas se resolverán en las próximas semanas.

El otro incendio de la jornada lo ha protagonizado el Manchester United. La semana previa al partido fue muy movida para los “Red Devils”. Wayne Rooney hizo unas declaraciones un tanto sorprendentes. “No he tenido ningún problema en los tobillos esta temporada”, dijo. Declaraciones que contradicen a Sir Alex Ferguson, quien afirmó que Rooney no jugaba por una lesión en el tobillo. Fuera como fuese, Ferguson demostró quien es el jefe en el Manchester United, y dejó a Rooney en el banquillo en el partido ante el West Brom. Una apuesta arriesgada que al escocés no le salió bien por un error del holandés Van der Sar, que supuso que el Wes Brom empatara.

El Arsenal volvió a la senda del triunfo tras tres jornadas sin ganar. Un bonito regalo para un Arsen Wenger que ante el Birmingham City cumplía su partido 800 al frente de los “Gunners”. El Birmingham se adelantó en el marcador, gracias al gol de un viejo conocido de la parroquia española, Nicola Zigic, quien de un espléndido cabezazo puso el 0-1 en el marcador. Todo transcurría perfectamente para los “Blues” hasta que apareció en escena Marouane Chamakh que fue capaz de lo mejor y de lo peor. Forzó un penalti inexistente en el área del Birmingham, un piscinazo que le deja muy buena reputación al marroquí. Ese tipo de actitud se paga muy caro en los campos ingleses. El penalti fue transformado por el francés Nasri. El empate mandaba en el marcador, hasta que Chamakh en una acción de listo ante la defensa del Birmingham marcó el segundo gol, definitivo para sumar tres importantes puntos. Un Arsenal que espera la vuelta de Cesc Fabregas para recuperar las sensaciones de poderío que tuvo a principio de temporada.

El Manchester City ganó a domicilio con más dificultades de las esperadas. Carlos Tévez fue de nuevo determinante para los “Sky Blues”. Sus dos goles de ayer lo convierten en el máximo goleador sudamericano de la historia de la Premier League. Con la sufrida victoria obtenida ante el Blackpool, el City se aúpa hasta la segunda posición de la clasificación. Ahora mismo los citicenses parecen ser los únicos capaces de presentar batalla al Chelsea.

En el resto de la jornada, hay que destacar que el Tottenham volvió a sumar tres puntos ante el Fulham, dirigidos nuevamente por un magistral Rafael Van der Vaart.

Hoy lunes se cerrará la “week 8 “ con el partido del Sunderland contra Blackburn Rovers. Los “Black Cats”, situados en la mitad baja de la tabla, necesitan los tres puntos para hacer valer los buenos resultados que han obtenido ante los equipos grandes. Una victoria de los de Steve Bruce significaría la confirmación de que este año el Sunderland tiene muchas cosas que decir en esta liga.

UN PARTIDO EN VILA PARK




El sábado quedé con el gran Felipe Sánchez (@felipeeldivan, @divandelfutbol), con Josu y Álvaro Pérez para ir a Birmingham a disfrutar del Aston Villa contra el Chelsea. He de decir que el Vila Park me encantó, sobre todo su fachada principal de ladrillo rojizo que hace honor a los colores del Villa. Fue entrar en la tribuna del Trinity Road Stand, enfundarme la camiseta del Aston Villa y sentirme como un autentico “Vilano”. El partido a pesar del 0-0 fue más entretenido de lo que el resultado puede reflejar. El Chelsea pudo ganar el partido con un Ivanovic estratosférico, mariscal en defensa y peligroso en ataque a balón parado. Pero el que estuvo más cerca de llevarse los tres puntos fue el Aston Villa. En el minuto 94 de partido, y cuando gran parte del público ya había abandonado sus asientos en las gradas, Reo-Coker le robó un balón al jovencísimo MacEachern, hizo una galopada de 25 metros y, luego, solo ante Peter Cech, falló un gol cantado. Fue la última jugada del partido. No podía creer que tras esa ocasión perdida y después de tres balones al palo nos fuéramos del Vila Park sin poder sentir el vibrar del canto de algún gol celebrado por las 42.000 almas que se citaron en el estadio.

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